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Estar en el mapa

Hace cinco años, Potosí vivía una huelga como la de este 2015 y por los mismos motivos. Las garitas y las calles de la ciudad estaban bloqueadas y los piquetes de huelga de hambre se multiplicaban como hongos. La población sufría pero la prensa nacional sólo le prestó atención al movimiento cuando este tenía varios días de haberse iniciado.
Este año hubo una diferencia: la atención de los medios surgió antes pero sólo porque parte de la presión se trasladó a La Paz. El lunes y martes de esta semana, la movilización potosina fue la nota de apertura en casi todos los diarios del país. Ese fue un hecho inédito en la historia de Potosí, por lo menos en lo que va del presente siglo.
De pronto, Potosí se convirtió en noticia nacional. No sólo apareció en el mapa periodístico de las redes nacionales sino que ocupó primeras planas. Dolorosamente, ahora sabemos que, para ser noticia, y parafraseando al Papa Francisco, hay que hacer bulla.
Periodísticamente, la conducta de las redes y su priorización de las noticias se justifica. Es imposible que todos los sucesos del día se consignen en la tapa así que, para elegir a las privilegiadas, se recurre a los denominados “factores de interés” entre los cuales están la actualidad, el conflicto, la proximidad, la prominencia y otros, según los autores y la línea editorial del medio.
El problema que tenemos los habitantes de las ciudades pequeñas es que, al aplicar los factores de interés en la priorización de las noticias, casi siempre salimos perdiendo frente a las ciudades grandes, aquellas que están en el denominado “eje central”.

Por reunir varios factores de interés, como la actualidad y el conflicto, la movilización potosina está ahora en la agenda nacional pero sabemos que, una vez que pase, esta región volverá a ser relegada de las tapas de periódicos y de los bloques de apertura de noticias de los medios masivos.
Cuando este conflicto pase a ser historia, Potosí estará, igual que Sucre, Oruro, Tarija, Trinidad y Cobija, en las páginas interiores y muchas veces ni siquiera aparecerá en ellas, salvo que se reporte algún linchamiento, un accidente o un crimen de relevancia. Por el factor de la proximidad, las noticias de estas ciudades sólo aparecerán en sus medios locales.
¿Qué hacer para nivelar la balanza? Es cierto que no se puede llevar todo a las secciones de apertura pero los periodistas tendríamos que hacer esfuerzos mentales para ser inclusivos. Entre las ideas que alguna vez intercambiamos con colegas está la habilitación de páginas o secciones en las que se incluya a la mayor cantidad posible de ciudades.
El problema de la exclusión existe y la mayoría de los periodistas del país lo conocemos. Que lo sucedido con Potosí, que se levantó por segunda vez en cinco años, sea un llamado de alerta para que los medios de prensa, que también tenemos la responsabilidad de fomentar y preservar la unidad nacional, entendamos que Bolivia no se limita a las ciudades grandes.
No esperemos otro conflicto para volver nuestra mirada a la Bolivia que no forma parte del eje.

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