En este 2010 —que ya está en su recta final— siguió la fiebre de bicentenarios y, en el caso de Bolivia, el festejo llegó hasta Cochabamba y Santa Cruz en el florido septiembre.
Sin embargo, el Departamento que más llamó la atención este año fue indudablemente Potosí.
Por un lado, el suspenso sobre lo que hará el Gobierno con las ingentes reservas de litio del Salar Thunupa (el que la mayoría conoce como “de Uyuni”) llegó a un nivel de desilusión cuando se anunció que el país que “ayudaría” en la explotación de ese recurso sería Irán en una decisión más política que técnica o económica.
Y siempre con el tufo del Gobierno de Teherán en torno, este año se admitió —por fin— que Potosí tiene interesantes reservas de uranio y nada menos que en Coroma, la región que sopló las cenizas de la rebeldía hasta convertirlas en una pira que duró 19 días.
Esa fue la otra razón por la que no sólo el país sino el mundo entero tuvieron los ojos puestos sobre Potosí, así sea sólo unos días: aquella histórica huelga que nuestros gobernantes no consiguen digerir hasta ahora y les llevó al extremo de negarse a asistir a los actos de conmemoración del bicentenario de su gesta libertaria.

Horas antes, el vicepresidente Álvaro García y el ministro de Obras Públicas Walter Delgadillo se llenaron la boca diciendo que el Gobierno de Evo Morales cumple con Potosí como no lo hizo ningún otro de la etapa democrático y su prueba fue un listado de obras ejecutadas y en ejecución. Fue exactamente lo mismo que hicieron anteriores gobiernos, los neoliberales, que se limitaron a enumerar proyectos diseñados o iniciados en gestiones anteriores.
Por lo demás, Potosí no recibió ningún regalo. No se inauguró ninguna obra trascendental, ni siquiera algún monumento en alguna de sus plazuelas, y no se percibe indicio alguno de la industrialización de la que habla el Gobierno.
Pero los potosinos no se amilanaron por eso. Para muchos, fue mejor que las autoridades no hayan ido porque pocos tenían ganas de aplaudirles.
Lo que se escuchó, en cambio, fueron arengas de unidad, de aquella que alcanzó su cenit en la huelga de los 19 días, y expresiones públicas de que no se puede permitir que esta región siga siendo la vaca lechera del país.
Potosí fue el sostén de la economía europea durante la colonia y mantuvo a Bolivia en sus primeros años de vida republicana. ¿Cómo es explica que ahora que se habla de explotar el litio de su salar se pretenda compensarle con una regalía de apenas el 5 por ciento?... incluso los españoles dejaron más a cambio de la plata del Cerro Rico.
El bicentenario del alzamiento del 10 de Noviembre ya es historia. Potosí celebró pobre y domésticamente pero no se queja por eso.
Lo único que quiere, a partir de ahora, es que se le haga justicia a la hora de explotar sus recursos naturales.
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