Buscar este blog

Para Carlos y Rafa


Queridos compañeros de trasnochadas:
Quienes lean el encabezamiento pensarán que ustedes y yo pasamos varias noches de jarana y no faltará quien deje de leer estas líneas creyendo que el artículo aborda cuestiones personales.
Se equivocan.
Ustedes y yo somos compañeros de trasnochadas porque nuestro horario de trabajo es predominantemente nocturno.
Ustedes, en el diario “La Prensa” de La Paz, y yo, en el diario “El Potosí” de Potosí, cumplimos, junto a un valioso grupo de compañeros, la tarea de vigilar el acontecer humano para contárselo a nuestros lectores con la mayor veracidad posible.
Desde nuestra atalaya del periodismo no sólo contamos lo que ocurre en el planeta sino que muchas veces —demasiadas— tenemos que informar de cosas malas, observar inconductas… denunciar irregularidades…
Es que ése también es nuestro trabajo y su precio es provocar la reacción de los afectados que la mayoría de las veces reaccionan mal o bien reaccionan peor.
Por eso es que muchas veces recibimos amenazas y por eso es que sé por lo que ahora están pasando ustedes, Carlos Morales y Raphael Ramírez.
Como conocemos el precio de nuestro trabajo, nosotros sabemos a qué nos arriesgamos aunque creo que ninguno estaba preparado para aquella humillación pública que recibiste tú, Rafo, cuando el presidente de la República te hizo “pasar al frente”, como un regente abusivo de escuelita rural, para arrojarte toda su bilis por aquella publicación de los camiones de contrabando. Tú no habías escrito la nota pero la cólera no hace distinciones en estos tiempos de odio.
Sí. Sabemos a lo que nos arriesgamos pero cuando las amenazas llegan también a nuestras familias, cuando los ojos de nuestros hijos reflejan el miedo que calla su boca, cualquiera de nosotros puede quebrantarse.
Por eso es que nadie puede culpar a Andrés Rojas por haber renunciado al canal 57 de El Alto. Aunque ahora los dirigentes de la Central Obrera Regional niegan cobardemente que ellos lo hayan empujado a tomar esa decisión, todo el país sabe que las amenazas partieron de ese lado.
El artefacto que explotó en la puerta de la casa del cardenal Terrazas también lleva el sello del odio.
Como no tengo pruebas que apunten hacia uno u otro lado, no puedo culpar por ese atentado ni al oficialismo ni a la oposición. Empero, no puedo dejar de advertir que esa acción se parece al dinamitazo en la regional de Unitel en Yacuiba y al que nos pusieron en la puerta de “El Potosí”. Como saben, ninguno de esos hechos criminales fue esclarecido.
En todos estos actos existe un denominador común: el odio de quienes los ejecutan y la intolerancia de aquellos que no pueden admitir que otros piensen diferente.
El cardenal se puso en la mira desde que acudió a votar al referendo autonómico de Santa Cruz y ustedes, Carlos y Rafa, se expusieron con todo el diario “La Prensa” cuando este informó sobre las cartas que involucran al presidente en el caso de los 33 camiones que tampoco fue esclarecido hasta ahora.
Como los lectores del diario paceño queremos saber más del caso, les pido, en aras del compañerismo creado por las trasnochadas laburo/periodísticas, que no aflojen. Cierto. Preocupa la familia pero también preocupa saber qué pasará con este país si más periodistas se dejan amedrentar por la intolerancia y el odio.
Manténganse en la línea sabiendo que los que nos amedrentan no sólo los están atacando a ustedes. Otros estamos sufriendo distintos tipos de represalias y es probable que este artículo también desate su ira y consiguiente venganza.


16-IV-2009

No hay comentarios: