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SEPARATISMO (III)


III. Rózsa

16 de abril de 2009, 04:20 horas. Fuerzas de seguridad irrumpen en el hotel Las Américas de Santa Cruz, matan a balazos a Eduardo Rózsa Flores, Árpád Magyarosi y Micheal Dwyer y detienen a Elöd Tóásó y Mario Tádic Astorga.

El primer informe sobre lo sucedido es proporcionado por el propio presidente Evo Morales quien asistía en Venezuela a una cumbre de la Alternativa Bolivariana de las Américas. Según dijo, los muertos y detenidos formaban una célula terrorista que planificaba asesinarle y dividir al país.

Como Morales ha convertido en rutina las denuncias de intento de magnicidio, sus palabras no fueron tomadas demasiado en serio pero llamaban la atención las nacionalidades de los involucrados. Magyarosi era húngaro-rumano, como Tóásó; Dwyer irlandés y, al igual que Rózsa, Tádic nació en Bolivia pero también tiene nacionalidad croata.

Casualidad o no, los países hoy conocidos como Hungría, Croacia, Rumania e Irlanda tienen una larga y antiquísima historia de separatismo que les hizo formar parte de diferentes conglomerados de naciones y motivó múltiples gestas de independencia. Hungría, Croacia y una porción de Rumania fueron parte del Imperio Austrohúngaro (1867-1918) que luego mutó sucesivamente en el Reino de Yugoslavia (1918-1941), el Estado Independiente de Croacia (1941-1945), la República Democrática Federal de Yugoslavia (1945-1946) y la República Federal Socialista de Yugoslavia (1963-1992) que, mediante una guerra secesionista, se dividió en Eslovenia, Croacia, Bosnia, Macedonia, Montenegro, Serbia y Kosovo. Irlanda está dividida en dos: la República de Irlanda, cuya capital es Dublín, e Irlanda del Norte, un país que depende administrativamente del Reino Unido y tiene capital en Belfast.

Rózsa, que también tenía nacionalidad húngara, ganó el grado de coronel del ejército y héroe de Croacia por su participación en las guerras que desintegraron a Yugoslavia.

Esas simples referencias parecían darle verosimilitud a la versión del presidente ya que la supuesta vocación divisionista de los croatas y su influencia en Santa Cruz es uno de los argumentos que usa el gobierno para acusar de separatistas a los cívicos de ese Departamento.

Pero los mayores elementos no los aporta el gobierno cuya defensa de la unidad nacional es más bien testimonial.

Tras la muerte de Rózsa, el canal estatal de la televisión húngara difundió una entrevista que el periodista András Kepes le hizo al presunto terrorista en septiembre de 2008.

En esa entrevista, Rózsa revela que fue llamado a Santa Cruz para defender la ciudad. “Me buscaron porque en mi país la situación no era muy buena, la estabilidad estaba desapareciendo”, dice.

“Si no hay autonomía y no podemos vivir juntos, vamos a gritar que somos independientes y haremos un nuevo país. Esa es la idea, primero están probando razonar para prevenir la matanza de la gente, pero queremos mostrar la fuerza e independizarnos”, agrega.

El diario La Prensa, al que el gobierno pretende enjuiciar, informó que Micheal Martin Dwyer ingresó a Bolivia junto al húngaro Tibor Révézs, fundador de la Logia Secuiesti, “una organización paramilitar que lucha por la separación de Székely Land, una región de Rumania habitada por la minoría húngara” y es “una organización soberana destinada a formar milicias para defender a los ciudadanos”.

¿Quién o quiénes mandaron llamar a esa gente?

Al margen de que el gobierno esté manejando políticamente el asunto, llama la atención el acta de declaración informativa policial del boliviano-croata Mario Tádic Astorga.

“¿Cuáles serían las instancias superiores de Eduardo (Rózsa)?”, le preguntaron y él respondió que “tuvo dos o tres reuniones con el prefecto Costas” y “en una oportunidad supe que Eduardo habló con Rubén Costas como 5 horas, yo sé que estaban organizando algo, lo sé porque ¿para qué comprar equipos de radio?”.

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