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Sinvergüenzas retroactivos

Recordando los tiempos aquellos en los que actuaban corporativamente para aprobar leyes que sirvieron para apuntalar el modelo neoliberal —o bien para subir sus dietas—, los senadores de oposición impidieron que se apruebe la Ley “Marcelo Quiroga Santa Cruz” dejando sin quórum la sesión en la que se trataba ese instrumento legal.
No es la primera vez que ocurre un hecho de esa naturaleza ya que el proyecto de Ley de Lucha contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito e Investigación de Fortunas que lleva el nombre del desaparecido líder socialista fue presentado por el MAS el 13 de marzo de 2006 y desde entonces ha avanzado poco porque la oposición lo frenó sistemáticamente.
Ya el martes 13, y antes de ingresar a la sesión, el senador Walter Guiteras advirtió que la oposición no aprobaría la ley por considerar que conlleva una serie de peligros y desataría una cacería de brujas por parte del gobierno. No sé si al hablar de brujas se refería a las que, según creen algunos ingenuos, solían reunirse en aquelarres que se realizaban precisamente en los martes 13, día que los supersticiosos consideran de mala suerte.
El hecho es que los parlamentarios no pudieron completar su aquelarre de martes 13 porque, a la hora de la aprobación de la ley, un diputado podemista pidió la comprobación del quórum y fue así que se verificó que los senadores de la oposición habían abandonado el hemiciclo. Comprobada la maniobra, no hubo más remedio que suspender la sesión y dejar la aprobación de la ley anticorrupción para después del referéndum.
Desde luego, esa acción es una evidente muestra de que los senadores de oposición están protegiendo a quienes se enriquecieron a costa de los recursos del Estado cuando formaban parte de los gobiernos del MNR, MIR, ADN y UCS pues, como todos sabemos, si muchos de estos partidos desaparecieron, sus militantes se reciclaron en otros que ahora son mayoría en la Cámara de Senadores.
Según la agencia AP, Guiteras dijo que uno de los reparos a la Ley “Marcelo Quiroga Santa Cruz” es su retroactividad cuando, por norma general, las leyes deben ser irretroactivas; es decir, su validez debe ser para lo venidero.
Es cierto. Uno de los principios de la ley es su irretroactividad debido a que una recientemente promulgada no debería afectar hechos pasados. Empero, la regla fue establecida para no afectar derechos adquiridos, como el propietario, y no debería emplearse para evitar que se investiguen delitos cometidos en el pasado. El tratadista Pedro Lombardo decía que, para que una ley fuese retroactiva, debía tener unas razones muy especiales que ameritaran tal efecto extraordinario. En aras del bien social, podría hacerse una excepción con la ley anticorrupción y acordarse su retroactividad pero, políticos como son, los parlamentarios no harán nada que afecte latrocinios pasados.
No obstante, una revisión a la Ley “Marcelo Quiroga Santa Cruz” demuestra que esta no incluye la retroactividad sino la imprescriptibilidad; es decir, la condición que adquirirían los delitos contra el Estado de ser sancionados incluso muchos años después de haber sido cometidos.
Ahora bien, la retroactividad sí está en el artículo 123 del proyecto de Constitución Política del Estado del MAS que señala que se podrá “procesar y sancionar los delitos cometidos por servidores públicos contra los intereses del Estado” en gestiones anteriores.
Por tanto, los esfuerzos de la oposición por proteger retroactivamente a los sinvergüenzas durarán poco. Sea por razones políticas o no, habrá cacería pero no será de brujas sino de demonios, de aquellos asquerosos demonios que se enriquecieron con los recursos fiscales y ahora pretenden escudarse en la irretroactividad.


14-I-2009

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