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Otra vez doña Juana


Se repite la historia.
Mediante un decreto, la presidenta de Argentina, Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, ascendió a Juana Azurdui (*) de Padilla al grado de generala del ejército de ese país.
Se trata de un hito en la historia común de Argentina y Bolivia cuyos ejércitos todavía no tienen mujeres con ese grado.
El machismo, que permanece fuerte en el continente, evitó que las mujeres, que demostraron suficientemente su capacidad para el combate y la estrategia militar, llegaran a lucir cinco estrellas. México, que es uno de los países más machistas del planeta, fue el primero en permitirlo pero sólo a niveles técnicos ya que sus tres generalas de brigada trabajan en odontología, cirugía y justicia militar.
La Venezuela de Chávez fue más allá. El 3 de julio recién pasado, dos mujeres fueron ascendidas a generalas de división y otras dos a generalas de brigada, ambas en el arma de Aviación, y una a contralmirante de la Armada.
En Colombia está la mayor contradicción: mientras en la guerrilla rebelde sí existen mujeres, incluso con grados —aunque estos no son reconocidos por el Estado—, el ejército se resiste a aceptarlas en sus filas.
Juana Azurdui de Padilla fue precisamente una guerrillera. Combatió junto a su esposo, Manuel Padilla (**), en la republiqueta de La Laguna. Su relación con Argentina se debe a que la Real Audiencia de Charcas, hoy Bolivia, dependía del Virreinato del Río de la Plata cuando estalló la Guerra de la Independencia.
El valor que demostró en diferentes batallas frente a los españoles, particularmente en la batalla de El Villar en la que arrebató una bandera al enemigo, dieron lugar a que el jefe del Ejército del Norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Manuel Belgrano, recomendara un reconocimiento en carta enviada a Juan Martín Puerreydón.
El reconocimiento llegó el 13 de agosto de 1816 mediante un decreto del Gobierno de Buenos Aires que Antonio Berrutti le dirigió a Belgrano quien, al enterarse de la noticia, se la comunicó a doña Juana en estos términos: “En testimonio de la gran satisfacción que ha merecido de nuestro Supremo Gobierno las acciones heroicas nada comunes a su sexo, con que Ud. ha probado su adhesión a la santa causa que defendemos, le dirijo por mi conducto el Despacho de Teniente Coronel…
Fue el primer hito de Juana Azurdui que, de esa manera, se convirtió en la primera mujer americana en ostentar un grado militar.
El gesto de Puerreydón, Berrutti y Belgrano fue bien entendido por el presidente Néstor Kirchner que en fecha 9 de agosto de 2007, estando próximo a dejar el mando, promulgó la ley 26277 que “declara Día de las Heroínas y Mártires de la Independencia de América el 12 de julio, en conmemoración del nacimiento de la Teniente Coronel Juana Azurduy de Padilla”.
Su esposa Cristina, que lo sucedió en el mando por la vía electoral, declaró públicamente su admiración por la amazona de la independencia e hizo incluir su retrato en el Salón de Mujeres del Bicentenario en la Casa Rosada, inaugurada en marzo de este año.
Por si eso fuera poco, este 14 de julio de 2009 emitió un decreto por el que asciende a la teniente coronela Juana Azurdui de Padilla al grado de generala del ejército argentino.
Se trata de un justo reconocimiento post-morten que servirá, entre otras cosas, para apuntalar el proyecto de que los billetes argentinos de 100 pesos lleven el rostro de nuestra Juana.
Y mientras todo eso pasa en Argentina, el nombre de Juana Azurdui es utilizado en su patria con fines políticos, ya sea para opacar los festejos por el bicentenario del grito libertario del 25 de Mayo o bien nominando a un bono cuya finalidad verdadera es ganar más votos en las elecciones de diciembre.
Sí. Doña Juana nunca fue bien pagada en Bolivia. Sí. La historia es cíclica y se repite.

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(*) Su apellido figura como Azurdui, con “i” en su partida de bautismo. (**) En su partida de bautismo no aparece su segundo nombre, Ascencio.

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